22 agosto 2006

Ficción

Tratándose de un libro como la biblia o alguno de sus fragmentos (la torá, los evangelios...), me importa bastante poco dilucidar qué partes son verdad y cuáles son ficción o fantasía. ¿Pensáis que desprecio de esta forma los textos sagrados?
En primer lugar, no creo que esos textos tengan por qué ser más sagrados que cualquier otro.
En segundo lugar, decir que algo pertenece o puede pertenecer al mundo de la ficción, no me parece ningún desprecio.
Me parece que la gente da demasiada importancia al rigor histórico. ¿En serio cambiaría tanto la cosa si Jesús de Nazaret fuera en realidad un personaje ficticio?
Bueno, está claro que cambiaría un poco el chollo de los mercaderes del templo (me estoy refiriendo a la iglesia católica y demás embaucadores, por si alguien no lo pilla) pero hablando en sentido absoluto, en importancia en sí de los textos... ¿qué importancia tiene que sea verdad o no?
Ficción. La ficción tiene demasiada mala fama. Creo que es estúpido dar menos valor a la ficción que a eso que se denomina por convenio como real.
Os guste o no, nuestras mentes están atrapadas dentro de una máquina de realidad virtual de eficacia avalada por siglos de experiencia llamada cerebro. Todo, señoras y señores, todo lo que ocurre en nuestras mentes es ficción.
A mí personalmente, no me molesta. No entiendo por qué molesta tanto a algun@s. No creáis por esto que caigo en el nihilismo. No se trata de destruirlo todo, de que nada importa. Está bien destruir los esquemas preconcebidos, pero solo para construirlos de forma más inteligente y sobre todo ecuánime (siempre me trae problemas esta palabra, no sé por qué).De lo que se trata es de saber escuchar profundamente, independientemente de que hable Jesús de Nazaret, Gandalf, o el Maestro Yoda.
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