Vivimos en un mundo limitado, acotado por todas partes. Todo son normas, reglas y límites. Nuestros cuerpos en sí mismos son límites también. Reglas, normas o límites, tienen su doble cara. La cara buena es la protección. Los seres humanos somos en general bastante obtusos y de corto entendimiento. Si el mundo en que vivimos no funcionara a base de límites, nos expandiríamos hasta que nos explotara la cabeza. No podríamos soportarlo, nos volveríamos locos.
La otra cara de la moneda es la carcel, la prisión. Los mismos límites que nos protegen, configuran nuestra celda particular y perpetúan nuestra cerrazón.
Normalmente cada persona acaba encontrando la manera en que es capaz de romper ciertas reglas o arquetipos para sí mismo, según sea capaz de asumir ciertos riestos sin demasiado peligro. Es lo que yo considero saludable: dedicarse a expandirse uno mismo, romper estándares, según se tenga la habilidad para asumir esa libertad de una forma sana.
Lo ideal para acabar con un límite es trabajarse para no necesitar la protección que aporta ese límite. Entonces, ya se está preparado para romperlo sin peligro.
La cosa se complica bastante cuando se trata de una pareja, se me ocurriría hablar por ejemplo de la fidelidad, pero hoy no me apetece seguir. Un saludo a tod@s.
Categoría en Del.icio.us: psicologíaAñadir a: | Technorati | Digg | del.icio.us | Yahoo | BlinkList | Spurl | reddit | Furl |