15 julio 2006

Sueños 1: el principio

El principio es realmente el final, ahora lo entiendo.
La lección es que los sueños son como la vida. La vida es como los sueños.
La cuestión es siempre estar lúcido o no. Estar consciente o no.
La diferencia entre un sueño lúcido y uno convencional, es la misma que entre una vida lúcida y una vida convencional.
Seguro que muchos os preguntáis cómo se pueden tener sueños lúcidos.
La clave está ahí, aunque más adelante os diré algunos ejercicios. Mientras tanto, pensad si queréis hacerlo o no. No es una práctica peligrosa, pero es lanzarse al agua del autoconocimiento.
Vosotros veréis si queréis abrir esa caja de Pandora.

13 julio 2006

Apertura y Consciencia

Abrir la mente no es suficiente. También es necesaria la consciencia.
Los arquetipos y la fe que tenemos en el fondo nos protegen del delirio. Si destruimos esas torpezas mentales, estaremos indefensos ante la cruda realidad. No es inteligente matar a Dios, hay que absorberlo. Hay que ser Dios.
Dios no es más que un espejismo creado para taponar una vía peligrosa para nosotros, algo que no podemos entender y que nos conduciría a la locura. Matar a Dios es mutilarse. Es hacerse más animal.
Es necesario entender el fenómeno Dios, entendér por qué lo inventamos y por qué lo necesitamos, y aprender a vivir esa parte de nosotros mismos sin necesidad de pantomimas.
Dios, la fé... son como la morfina. Algo que nos mantiene anestesiados mientras no somos capaces de asumir el dolor de nuestra enfermedad espiritual.
Si quitamos esa anestesia, el dolor puede ser muy fuerte: dolor existencial, crisis de fé.
Hay que ser constructivos, no destructivos. La destrucción es mucho más fácil, pero más dolorosa y traumática.
Hagamos un mundo nuevo, una espiritualidad nueva, seamos dioses, tengamos consciencia, no solo apertura.
Este mundo se está abriendo cada vez más, y es como una manada de potros llenos de hormonas. Mucha fuerza, pero sin ninguna conciencia.
La revolución de internet, la comunicación mundial, la era de la información,... todo esto está acabando poco a poco con las religiones, y eso es maravilloso, pero empecemos a construir algo, porque si no, nos vamos a quedar inválidos después de tanto seísmo. ¡¡¡Seamos constructiv@s!!!
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Egos y Dioses

El ego es feroz, no conoce límites. Él en sí es un límite, pero el ego no se conoce a sí mismo, por tanto el ego no conoce límites.
Personalmente, no soy quién para negar la existencia de un ente, un ser, o incluso algo por encima del ser o no ser, que pueda ser llamado Dios.
El ego es el sustento de las religiones, y también de la ciencia. Ambas escuelas son escuelas de fe. La ciencia, bueno, más bien el científico (no culpemos a la pobre ciencia), cree en un no-Dios, porque cree en la ciencia como único medio de conocimiento. Me parece que hay que ser un poco más abiertos.
Por otro lado, la religión cree en un Dios hecho a imágen y semejanza del hombre. Tanto se parece el Dios creado a su progenitor, el hombre, que le emula incluso en su afán de inventar seres a su imágen y semejanza y "jugar" con ellos. El hombre retrata a su ego tanto en Dios como en la ciencia.
Echad un vistazo a la biblia, sobre todo al antíguo testamento, y veréis cómo Dios no es más que un retrato mitificado del ego humano. El hombre creó a Dios a su imágen y semejanza.
La ciencia a su vez hace lo mismo. Cuántas veces hemos escuchado a religiosos criticar a la ciencia por querer "jugar a ser Dios".
La palabra "juego" se repite algunas veces en este razonamiento. Quizás porque el ego es de naturaleza lúdica.
Esto que voy a decir es más que nada una sensación no muy definida, porque no llego a tan altos vuelos en mi conocimiento, pero a ver si a vosotros también os pasa: creo que el ego no es capaz de ser feliz. Es simplemente un constructor de realidades virtuales autocomplacientes, pero a lo más parecido a la felicidad que puede aspirar es al entretenimiento. En la vida, los momentos de más felicidad son de menos ego, y los de más ego, son los de entretenimiento. Ya os digo, que es solo una sensación.
Pienso en los momentos en los que tengo un nivel más bajo de conciencia y es cuando más tiendo a jugar a videojuegos, ver películas estúpidas, consumir pornografía y leer chorradas.
Pienso en los momentos en los que tengo un nivel más alto de conciencia y es cuando menos soy yo, el yo que yo mismo tengo por yo, pero a la vez me siento más auténtico, más poético, más fluido, creativo y abierto. Y son momentos de mucha más felicidad.
Desde mi experiencia del fenómeno de mi propia mente, percibo que esto es así, que la persona que soy, la persona cotidiana, no es más que una máscara. El verdadero yo no existe como tal yo, o al menos no lo necesita, y ahí es donde se crea el espacio para que exista la felicidad.
Es como si la felicidad no fuera algo que se pueda realmente experimentar, no de la forma convencional en la que entendemos que un yo experimenta algo. Es más bien como si la felicidad fuera el estado natural de nuestra mente, pero el ego, la idea egótica con la que nos identificamos, ocupa cotidianamente ese espacio creando una ilusión en la que felicidad y sufrimiento son dos opuestos, dos sensaciones. Yo creo que la felicidad tiene una entidad mucho más sólida, el sufrimiento es mucho más volátil, es un espejismo creado por el espejismo de ser nosotros mismos.
Supongo que pensaréis que es un poco pretencioso hablar de estados tan altos de conciencia no siendo "un iluminado", pero creo que me lo puedo permitir, yo y cualquiera de vosotros. Dejemonos de falsa modestia, experimentemos la mente y su espiritualidad de una forma directa, sin intermediarios ni intérpretes. Cara a cara.
Efectivamente, no soy un iluminado, pero no creo que haga falta serlo. El ego no es todo o nada. Quizás nuestras mentes rutinarias se mueven día a día entre el 80% y el 100% (por decir un porcentaje) de reinado del ego, pero ese 80% ya deja un espacio del 20% en nuestra mente para la felicidad, y eso es todo un éxtasis para nosotros. Podemos percibir esa diferencia, todas las mentes oscilan, nadie está igual de adormecido siempre, todos tenemos breves momentos de lucidez relativa. Aunque no sean más que tristes chispazos, ya son algo para poder experimentar qué ocurre cuando no es el ego el que ocupa todo nuestro cerebro.
Muchos habéis pensado que soy absolutamente antirreligioso por las cosas que escribo, y puede ser que así sea, tal como se entienden las religiones en la actualidad, pero desde luego, no soy antiespiritual.
Pienso que el ser humano es responsable de su evolución. No está mal que hayamos inventado dioses y religiones, eso nos ha servido durante un tiempo a muchos para comunicarnos con nuestra parte espiritual profunda a base de esos arquetipos, pero ya se nos ha acabado el cuento. Hemos pervertido nuestros sistemas religiosos al servicio del ego, y ya no nos sirven, sino que somos sus esclavos. Ha llegado el momento de dar otro salto, y estoy convencido de que lo vamos a dar (llamadme iluso). Necesitamos aprender a desarrollar nuestra mente hacia niveles más altos de conciencia sin ser esclavos de estos sistemas corruptos dirigidos por mentes envenenadas.
Esto es una cosa muy gorda, un cambio muy fuerte, que en realidad engloba a muchos otros cambios, como por ejemplo, aprender a cambiarnos a nosotros mismos antes de intentar cambiar el mundo, aprender a valorar la experiencia de la vida como una escuela y entender eso como una responsabilidad de cada ser...
Creo que un primer paso podría ser revisar nuestra propia fe. Hacer una regresión al punto en que inventamos a Dios, y empezar desde cero pero sin perder nuestra experiencia. Podríamos ser todos dioses, reconciliarnos con el dios que hemos separado de nosotros mismos "endiosándolo" en un pedestal y desterrándolo de nuesta mente. Vivir lo sagrado de la vida en nuestra experiencia directa con ella, no a través de un ser imaginario. Dejar un poco de espacio en nuestras mentes, darnos un poco de soltura.
La meditación es algo que recomendaría en este sentido, pero si de algo quiero escapar en este texto es de los métodos, convenciones, recomendaciones y escuelas, así que tomadlo de la forma más ecuánime posible, no os fiéis de mí, tomad solo las cosas que nazcan de vuestro interior, lo que sea vuestra propia escuela.
Para mí, ser ecuánime en cuanto al aprendizaje significa no servir al propio ego, es decir: no temas copiar a fulanito porque necesitas ser tú mismo, ser original, porque nadie es original, está todo inventado. Y no temas no copiar a fulanito porque es un tío respetable y es guay seguirle, porque estarás impidiéndote ir por tu cuenta, seguir tu propio camino, y serás un zombie espiritual.
Tanto la necesidad de emular como la necesidad de ser original son construcciones mentales que siempre traen torpeza en el aprendizaje. Experimenta las cosas de forma directa, sin miedo, y si lo que dice fulanito te toca el corazón, entonces sigue a tu corazón, no a fulanito. Si la meditación trae felicidad a tu vida, sigue a esa felicidad y usa el método, pero que el método no te use a tí, porque serás esclavo del método, y del payaso espiritual que lo esté patentando en ese momento.
Un saludo a tod@s.
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10 julio 2006

Sueños (introducción)

Este tema es demasiado extenso para tratarlo en un post, y no me refresca la idea de otro nuevo blog para esto, así que lo haré por capítulos.
Algunos habréis oído hablar de "la parálisis del sueño", igual alguno la habéis, "padecido", es algo relativamente normal. Buscando por internet he encontrado muchas patrañas. Descripciones que pretenden ser científicas de un fenómeno del que no se conoce apenas nada científicamente.
La ciencia médica acostumbra mucho a hacer este tipo de cosas. Descubren por ejemplo que si la persona cree que va a curarse por la razón que sea (unas pastis de mentira por ejemplo), el porcentaje de curación aumenta. Y a eso lo llaman "efecto placebo", que es lo mismo que decir "no tenemos ni puta idea de por qué pasa esto", pero dándole un nombre parece que se sabe algo. Ya le puedes decir a la paciente "no no, señora, es que esto es el efecto placebo" y quedarte más ancho que largo. Así es la ciencia, amigos. Bueno, así es el ser humano, más bien, porque el método científico no tiene la culpa, la culpa la tenemos las personas que seguimos usando la ciencia como una nueva religión, como si fuera la única forma de conocimiento posible.
En fin, a lo que iba, si buscáis en internet encontraréis cantidad de información sobre los "trastornos" del sueño, entre ellos, la parálisis del sueño. Entrecomillo lo de trastornos, porque me parece también que la ciencia médica a menudo se precipita usando esta palabra. Todo lo que no sea normal es un trastorno. Como sigamos así, poco a poco la inteligencia va a ser un trastorno. (que exagerado soy, ni que fuera andaluz!).
Bueno, yendo al grano, lo que quería era hacer una introducción sobre el tema de los sueños, del que hablaré desde la perspectiva de mi propia experiencia.
Mi objetivo es tratar el tema de forma personal, aunque sin contar mis experiencias personales con demasiado detalle. Lo que quiero reflejar es lo que crea que puede servir a alguien más. Sed pacientes, porque estoy de vacaciones y posteo a base de webcafés y casas de amig@s, así que no sé cuándo continuará esto, pero lo haré lo antes posible.
Para ir adelantando, hablaré de los distintos tipos de sueño lúcido que conozco, y mi experiencia en cada uno. También de la forma en la que yo entiendo que se puede uno entrenar para este tipo de prácticas, y los pros y contras de hacerlo. ¡¡¡No se lo pierdan!!!
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