Drogas
Las drogas han formado parte de la cultura humana desde que el hombre es hombre. Incluso yo diría que otros animales también las usan, aparte de los humanos. Los que hayáis, tenido plantas de marihuana y gato sabréis a qué me refiero, jeje.
A principios del siglo XX la cocaína se incluía de forma legal en muchos elixires. Si echamos la vista atrás, veremos que las drogas han ido cambiando y adaptándose a los nuevos tiempos conforme ha ido cambiando nuestra sociedad.
Si echamos la vista aún más atrás, cuando el hombre estaba en un contacto más directo con la naturaleza, o nos vamos a los pueblos indígenas que aún mantienen ese contacto, nos encontramos con un uso de las drogas muy distinto del que se da en la sociedad más "civilizada" (ojo, que las comillas están por algo).
La sociedad moderna que vivimos se caracteriza por una fuerte alienación y separación del hombre de su ámbito natural. Hemos evolucionado muy rápido hacia un estado artificial, pero nuestros cuerpos, nuestro ser, no evoluciona tan rápido. Seguimos teniendo los mismos genes que hace miles de años y quizás algo más que los genes.
Nuestros cuerpos siguen entrando en trance con la música rítmica y el baile, seguimos teniendo esa tendencia, pero ahora es más sofisticado, más urbano.
Las drogas siguen teniendo un papel importantísimo, pero de nuevo de forma más artificial. Del uso chamánico hemos pasado al uso lúdico. La diversión, la evasión.
La sociedad del ocio que nuestros padres y abuelos han creado, ha parido el hijo de las drogas de abuso como forma recreativa, y ahora hace falta una cabeza de turco, un chivo expiatorio.
Las drogas son satanizadas y culpadas de ser una pandemia. Como de costumbre, razonamientos justitos sin ir más allá.
Las drogas son malas, las drogas son malas, las cosas del suelo no se cogen, niño caca. Quizás a los 5 años no era capaz de ir más allá de ahí, pero a estas alturas necesito algo más, y si ese "algo más" no está incluido en mi educación, tendré que buscarlo en otra parte, incluyendo la experimentación.
A los gobernantes, a los propulsores de estas campañas antidroga tan políticamente correctas y justitas de razonamientos, yo les diría: necesito más. Si no me lo dáis, tengo que experimentar. Suerte que tengo una educación que me ha permitido experimentar minimizando los riesgos hasta unos límites que yo considero aceptables, pero no todos tienen esa suerte.
En parte, todos vosotros que os rasgáis las vestiduras ante las tragedias de la droga, sois los culpables. Culpables por pensar que "niño, caca!" es suficiente. Culpables de insultar y menospreciar la inteligencia e inquietud de vuestros hijos.
Sois seres castrados, hijos de una educación castrante, y ahora sois castradores, pero ya el cuento no funciona, ha llegado la rebelión. Y esa rebelión se va a llevar por delante a la mitad de nuestra generación, porque no todo el mundo tiene el privilegio de poder ser "responsable".
Deberíais aceptar que en los temas que habéis considerado tabú como las drogas o el sexo (otro día hablaré de sexo) sois unos completos ignorantes. ¿Y qué se hace cuando uno es ignorante pero tiene una responsabilidad?... se buscan asesores, se pregunta a los expertos, se deja el asunto en manos de gente que SI SABE, que los hay. Pero no, es mucho más fácil hacer políticas de ley seca, prohibitivas, de "niño eso no se toca", que al menos no son tan polémicas y no peligran los votos. La oposición no se nos echará encima porque hacemos una "política correcta".
Ante esta situación, me veo en la obligación de no reconocer la autoridad. Las drogas serán ilegales (algunas), pero para mí, los que las ilegalizan y toda su generación no tienen la autoridad moral para hacerlo. No reconozco esa autoridad, y ejerzo mi desobediencia.
Si os viérais desde fuera, veríais lo ridículos que sois a veces (me dirijo a la generación de nuestros padres). La señora diciéndole a la niña que vuelva a las diez a casa.... ¡¡¡¡Señora, su hija se ha comido ya más pollas que las que usted sabe que existen!!!!... ni que no se pudiera follar de día...
En fin, si no hemos aprendido gracias a vosotros, tendremos que aprender a pesar de vosotros. Un aprendizaje mucho más peligroso, desde luego, pero es lo que hay. El ser humano es racional, y señor@s, eso no se puede frenar.
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